El ejercicio, ya sea de fuerza o aeróbico, en sí mismo constituye una herramienta que podríamos considerar “débil” para combatir la obesidad según indican los últimos estudios.

Según la Organización Mundial de la Salud, el 70 % de las enfermedades que padecemos, están relacionadas con una nutrición desequilibrada, es decir, por una alimentación con demasiados excesos (calorías, sal, grasa, azúcar…) y una deficiencia de nutrientes esenciales (proteína, vitaminas, ácidos grasos Omega 3, fibra…).

Hace varios años que la OMS ya recomendó, que por muy buena que sea tu alimentación, si realmente quieres darle a tu cuerpo todos los nutrientes esenciales que nuestro cuerpo necesita, complementes tu comida con suplementos nutricionales. La pirámide nutricional de la Universidad de Harvard también ha incluido la recomendación del uso de suplementos nutricionales. Hechos frente a opiniones…

Por qué mantenerte activo

La actividad física regular tiene muchos beneficios. Es un potente reductor del estrés, puede ayudar a mantenerte en forma y reduce el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas importantes. Entre sus beneficios adicionales se incluyen una mayor energía, huesos y músculos más fuertes, mejora el sueño, mejora la forma corporal, mayor bienestar mental y cambio de actitud hacia la vida.

A continuación encontrarás algunos consejos rápidos.

Una nutrición adecuada y equilibrada suministra los nutrientes que necesitas a diario para realizar tus actividades, promover y mantener un estilo de vida saludable y hacer realidad tu deseo de estar en forma. La nutrición correcta se encuentra en una dieta equilibrada. Sigue estos sencillos consejos para mejorar tu dieta y nutrición.

La mala alimentación y el sedentarismo son los principales causantes de gran parte de las enfermedades que afligen a la sociedad actual, como la diabetes, la hipertensión e incluso el cáncer. 

Cada persona posee un estilo diferente a la hora de correr. La forma de los pies, la longitud de las piernas, el peso y el balance general del cuerpo van a determinar la manera en que un individuo corra, pero más allá de esas diferencias hay un elemento común para hacerlo de la mejor manera: conocer bien las características de tu cuerpo.